Recordó el pregonero la sensibilidad social de Gálvez durante su época de alcalde, y su cariño constante por sus enfermos pobres del Hospital Civil, a los que atendió durante 58 años.
Pero D. Manuel hizo especial hincapié en la vinculación de Gálvez con la Casa salesiana de Málaga desde sus mismos orígenes, apareciendo en las fotografías de la época acompañando a los sucesores de Don Bosco (Miguel Rúa, Felipe Rinaldi y Pablo Albera); las visitas diarias de Don José a la Virgen María Auxiliadora, bajo cuya advocación denominó su clínica particular, como aún recuerda la lápida situada en la puerta del Hospital; y todo el auxilio económico, amén de su sensibilidad por la infancia y la juventud, que caracterizaron sin duda su espiritualidad con un inconfundible acento salesiano.
Tras el pregón, que fue muy aplaudido y al que asistieron dos de las nietas del Siervo de Dios, Alicia y Mirentxu, se realizó una ofrenda floral. Los hijos de Don Bosco en Málaga ratificaron así muy emotivamente su adhesión a la causa de beatificación del Dr. Gálvez, cuya alma consideran -y con razón- que vibraba y sentía en salesiano.