El lunes 29 de abril de 2024, a las 19,30 h. se celebra en la iglesia de la Victoria, lugar donde reposan los restos del Siervo de Dios D. José Gálvez Ginachero, una Misa con motivo del 72 aniversario de su fallecimiento.
Conmemoramos el fallecimiento de José Gálvez, que murió el 29 de abril de 1952, hace 72 años. La metástasis de su cáncer de próstata venció finalmente a un cuerpo que había sido mucho tiempo fuerte, pero ya estaba tremendamente desgastado por la edad.
Su cadáver fue velado por sus compañeras de fatiga durante tantos años, las siempre fieles y abnegadas Hijas de la Caridad. Después fue trasladado al cementerio de San Gabriel, bajo la intensa lluvia y acompañados por toda Málaga. Finalmente reposarían en la iglesia de la Victoria, en la cripta de la familia.
Como cristianos, sabemos positivamente que aquí no acaba todo. Como San Pablo, Gálvez Ginachero pudo proclamar: «Porque yo ya estoy para ser derramado como una ofrenda de libación, y el tiempo de mi partida ha llegado. He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida». (2Tim 4,8)
Su partida terrenal fue el inicio de su nuevo oficio de, como decía Santa Teresa de Lisieux, «pasar su cielo haciendo el bien en la tierra». Interceder por las necesidades de quienes seguimos aquí peregrinando. Era un infatigable trabajador, así que podemos pedirle con confianza que interceda por todo lo que consideremos. Pues, según él mismo nos decía, Dios nos lo dará «si lo merecemos y es conveniente». (Cuaderno de Notas)
Y desde la Asociación Gálvez Ginachero seguiremos, día a día, trabajando en esta tarea. Con nuestras pobres fuerzas, pero dignamente: ayudar para que la Iglesia le reconozca como modelo de santidad. Con humildad, pero con dignidad, los miembros de la Asociación podemos estar orgullosos de nuestra labor. Y repetir incansablemente, como el resto de los seguidores de Cristo:
«La muerte ha sido absorbida en la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? … ¡Gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!» (1Cor 15,54-57)