Se conserva un Cuaderno, de tapas blandas de color negro, de pequeño tamaño (10×15 cm), que fue manuscrito por Gálvez entre 1930 y 1936.
Ha sido examinado por los teólogos censores de la causa de beatificación, tal como establece la normativa canónica, pues contiene un conjunto de sus pensamientos íntimos acerca de Dios y su Iglesia. No alberga, desde luego, ningún pronunciamiento “herético”. Tampoco ni una sola referencia política, aún en aquellos agitados años. Antes bien, condensa en frases breves y concisas (él mismo era persona de muy pocas palabras) sus pensamientos, demostrando su profundidad espiritual y humana.