VALORES Y VIRTUDES DEL DR. JOSÉ GÁLVEZ GINACHERO

Quiero agradecer a la Escuela de Valores haberme invitado a esta charla, en la que primero haré una aproximación a los valores y las virtudes en general, y después trataré en particular los principales valores y virtudes que  se daban en el Dr. Gálvez Ginachero tal como se está acreditando en el proceso canónico de beatificación del que el Sr. Obispo me otorgó el honor de nombrarme Postulador.

Esta invitación me permite cumplir uno de los objetivos principales de la Asociación Pro-Beatificación, parte actora en el proceso canónico, cual es difundir por todos los medios posibles las virtudes humanas de D. José Gálvez Ginachero para fomentar en la sociedad un mejor conocimiento de su vida, de su obra y actitudes de mayor compromiso.

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Porfirio Smerdou y el Doctor Gálvez

Porfirio Smerdou (1905-2002) era Cónsul honorario de México en Málaga en tiempos de la II República. Cuando estalló la guerra civil, Smerdou acogió en el consulado de México, Villa Maya (y en el de Argentina, tras la huída de su cónsul), a grupos de personas que temían por su vida, facilitándoles luego la huida a Gibraltar.

 

Tras la entrada de los «nacionales» en Málaga, el 8 de febrero de 1937, seis miembros de Izquierda Republicana, amigos de Smerdou, se refugiaron a su vez en el consulado argentino. Esta vez fue el Dr. Gálvez quien les libró de las represalias, posiblemente de la muerte. Así lo relata Diego Carcedo en su novela sobre Smerdou «El Schindler de la guerra civil«:

 

«Gálvez era un hombre liberal y campechano que un tiempo atrás había recurrido a Smerdou para que intercediese ante el gobernador por su hija, detenida en la prisión de mujeres por ser la esposa del piloto militar Carlos Haya, quien había sido sorprendido por la rebelión militar en la zona nacionalista. La mujer había sido puesta en libertad y el entonces cónsul de México se ofreció para llevarla a su casa donde ya vería forma de hacerle un hueco. Pero el doctor Gálvez no lo consideró necesario. Smerdou observó unos instantes la placa de la clínica, recordó la última conversación que había mantenido con su propietario, y en uno de esos impulsos instintivos que le habían sacado de los atolladeros, se decidió a entrar.

 

-¿Qué tal, Smerdou? -le saludó con gran efusividad el médico-. Parece que por fin las cosas van a normalizarse, ¿verdad?…

 

Conversaron de pie, el doctor Gálvez vestido con la bata blanca de la consulta, a la puerta del paritorio.

 

-Mucho hay que agradecerle, Smerdou -dijo el doctor-. Espero que se lo reconozcan y le ayuden enseguida a reorganizar su vida. ¿Se arregla lo de su cargo?

 

Gálvez inspiraba fiabilidad y transmitía confianza. Smerdou hablaba con él sin poder apartar de su mente a los republicanos que tenía escondidos en el consulado de Argentina. Sería terrible que los localizasen, cosa por otra parte bastante fácil, y que fueran fusilados. Titubeó un momento, y en pocas palabras hizo al médico cómplice de sus tribulaciones. Gálvez escuchó sin pestañear el relato, se quedó un instante pensativo y rápidamente respondió:

 

-Vamos a intentar arreglarlo. Tengo aquí mucho sitio y puedo habilitarles una sala para que se oculten unos días. Voy a mandar una ambulancia con camilleros de confianza para que los recojan. Haga que se vistan de pijamas de clínica y mándemelos como parturientas.»

 

Y así fue. Gálvez les ocultó en su clínica, a pesar del grave riesgo que aquéllo le supuso, durante once días hasta que los republicanos pudieron ponerse a salvo. En su Cuaderno de Notas, había escrito:

 

«Practica la caridad con todos. Aprovecha las ocasiones de tu profesión para ejercitar los buenos propósitos. ¿Qué puede temer aquel a quien Dios ama?»

Misa por el alma del Doctor Gálvez Ginachero.

La misa por el alma del Dr. Gálvez Ginachero se celebrará mensualmente en la iglesia de los Stos. Mártires Ciríaco y Paula de Málaga cada 29 a las 20,00 h., con excepción del mes de febrero (que pasa al 28) y cuando el día 29 coincida en domingo (como es el caso de junio de 2014, que pasa al sábado 28).

Suyo afmo.,

 

Francisco García Villalobos

Dr. José Gálvez Ginachero y su actividad

Dr. José Gálvez Ginachero y su actividad. Sebastián Rivas Briales.

Resulta difícil comprender cómo para algunos las 24 horas del día tienen una producción de un par de ellas o menos y para otros de 48 horas o más.

Hace muchos años me dijeron que si quieres pedir ayuda a alguien, acude a quien desarrolle mucho trabajo, al que esté muy ocupado, pues el que tiene tiempo libre no te lo podrá hacer. Parece una contradicción; pero es una realidad que la experiencia me lo ha confirmado, pues quien tiene tiempo libre es porque no hace nada de nada y una carencia o disposición de hacer algo por otro.

Quienes no analicen las razones en profundidad, podrán pensar que la actividad o el darse a los demás es algo del carácter o deseos del figurar; pero no se sostiene si no hay el objetivo del beneficio personal. Pero cuando ese beneficio no existe, sino que se aporta el trabajo, el descaso, el patrimonio…, carece de sentido, por lo que tiene que haber otra raíz que sea la fuerza motriz para pensar en el beneficio de los demás sin lucro personal y con una continuidad que pase de la acción esporádica y caprichosa a una obligación comprometida en el tiempo y en la envergadura de lo que se acomete.

Cuando se va a construir una chabola, requiere poco tiempo, dinero, esfuerzo y preparativos; pero cuando se tiene el proyecto de construir un edificio de muchas plantas, hace falta meses para su terminación, dedicación prolongada y cimientos que pueda sostener la obra que se va a realizar.

Uno tenía un terreno que vendió a una constructora para hacer una urbanización de lujo y algunos hoteles. El antiguo propietario miraba todo aquello en pleno esplendor y comentaba: “¡Y pensar que todo esto podía ser mío!”.  Pero ¡cómo si no se ha movido, no ha invertido, no lo ha trabajado…!

Hay un gran problema de nuestra sociedad. Nos gusta rodearnos de personas que sean fieles, de confianza, sinceras, insobornables para traicionar, trabajadoras…, toda clase de bondades; pero cuando se dice que tales personas tienen muchas virtudes, ya se quiere cortar el comentario, pues se pretende obtener buenos frutos sin tener buenas raíces, se intenta encontrar personas cabales sin que tenga buenos fundamentos, se procura que las bondades sean naturales sin influencia de una fuerza superior que incentive y ayude con su gracia, pues hay empeño en desterrar a Dios de la sociedad y que todo sean valores humanos, rechazando o negando el estigma que tenemos del pecado original y la fuerte atracción hacia el mal. Sin Dios no se puede permanecer por mucho tiempo en la completa fidelidad a los demás pues hay que  estar apoyados en quien es totalmente fiel y Amor por todos, invitándonos a que con Él nos demos a los demás.

Y, nos encontramos con la figura del Dr. José Gálvez Ginachero, que decide ser ginecólogo para poder cooperar en que sean menos las muchas mujeres que fallecen en el momento del parto; que atiende a las indigentes con la misma atención, cariño y dedicación que a las parturientas que abonaban sus servicios sin que los horarios fueran una dificultad para encontrarle a altas horas de la noche a los pies de una cama o en quirófano; que ante el gran analfabetismo de los niños regala los terrenos y ayuda económicamente para crear escuelas; que se ocupa de los ancianos colaborando en el sostenimiento de un asilo; que las autoridades de Málaga acuden él para que sea el alcalde de la ciudad, haciendo importantes reformas y progresos en la ciudad,  compaginándolo todo.

Pero ¿de dónde sale toda esta actividad? Tras todo el trabajo y atender a su familia, jamás deja de hacer una hora de oración ante el Santísimo e incluso hacer la adoración por las noches, pues pertenece a la Adoración Nocturna y en dos ocasiones es Presidente Diocesano de esta asociación en Málaga. Es que el Dr. Gálvez cimentó toda su vida en Dios y sobre Él construyó con solidez todas sus actividades. Esto hizo que con esos cimientos divinos todo lo hiciera pensando en la voluntad de Dios y tuviera grandes resultados, aunque se quiera considerar que es el efecto de la fuerza de voluntad, de querer figurar o de cualquier otro motivo, menos de la acción de Dios. Es lo natural, ya que el mundo construye grandes edificios que parecen sólidos, pero su interior está invadido de termitas.

 

Sebastián Rivas Briales