El Rvdo. P. Miguel Aragón Ramírez, S.D.B., tan querido en Málaga, que ha sido en estos últimos años Rector del Santuario Inspectorial de María Auxiliadora y miembro del Consejo Presbiteral de nuestra Diócesis, marcha a la comunidad salesiana de Córdoba. Acaba de publicar “María Auxiliadora, arraigada devoción malagueña”, que se une a sus otras obras “Claves de espiritualidad salesiana”, “Domingo Savio, un mensaje para todos” y “Beato Miguel Rúa, el salesiano número uno”. Antes de incorporarse a su nuevo destino nos obsequia con el presente artículo sobre D. José Gálvez.
EL DOCTOR GÁLVEZ, DOCTOR DE LA VIDA
Yo nací en sus brazos
El sábado 28 de abril de 2012 tuvo lugar una emotiva y entrañable celebración en el Santuario de María Auxiliadora abarrotado de gente y un acto de evocación en el salón teatro del Colegio Salesiano, organizado también por la diócesis. Se conmemoraban entonces los sesenta años de la muerte de Don José Gálvez Ginachero, cuyo proceso de beatificación estaba ya iniciado. Yo no sabía casi nada del Dr. Gálvez, y comencé a interesarme por él. Mi primera documentación no fueron los escritos sino personas vivas que tuvieron la dicha de conocerlo. Comprendí que, además de malagueño excepcional, era un excelente esposo y padre de familia, un excelente profesional -ginecólogo- y un católico que se desvivía haciendo el bien.
Anunciada días antes la celebración aludida en el Santuario y Salón Teatro, se desencadenaron los testimonios: «Vendré, era un santo» (Paquita); ”yo nací en sus brazos y mi hermana y hermano”, decía María Montosa; “salvó a mi abuela dada por muerta después de un difícil parto del que sobrevivió un mellizo. Pasó don José por la sala de los finados y notó el color rosado de la cara del presunto cadáver, mi abuela. Se acerca y rápidamente le prodigan todas las atenciones”. Salvó, cuenta Josefa González, la vida de mi abuela, que tuvo tres hijos después.
Podemos decir en verdad que el Doctor Gálvez fue un verdadero “doctor de la vida”. Modernizó las instalaciones de maternidad, creó una Escuela de Matronas y traspasó las fronteras malagueñas en su acción eficaz por la vida que brota.
Por otro lado, instituciones y personas pobres saben bien de su caridad. También los alumnos del Colegio salesiano de san Bartolomé conocieron la caridad del Dr. Gálvez. Fue salesiano cooperador y no faltó día sin visitar a María Auxiliadora en su iglesia. El niño de entonces, Gabriel Pérez, hoy Párroco de San Felipe Neri, presenció muchas veces el hecho.
Don José Gálvez nació el 29 de septiembre de 1866. Murió el 29 de abril de 1952. Su entierro fue de pobre, con un solo caballo y modestísimo carruaje. Málaga entera le acompañó en su trayecto al cementerio de San Miguel. “Hasta el cielo llora su muerte” decía la gente porque llovía a cántaros.
El Siervo de Dios José Gálvez sigue ofreciendo actualmente un testimonio impresionante y estimulante en la defensa de la vida y de la dignidad de toda persona. Supo hacerse presente en las fronteras existenciales a las que el Papa Francisco invita a los católicos a colocarse.
¿Veremos al Dr. Gálvez en los altares? Reza, ofrece tu testimonio sobre su vida, conoce su figura.
Miguel Aragón Ramírez, S.D.B.